Consuelo de un alma, de espalda flajelada (Columna de Linares, 2016)

Cada año la espera se hace más larga, lo suficiente para pensar que por momentos jamás llegará. Una mirada al horizonte, una nube de in...


Cada año la espera se hace más larga, lo suficiente para pensar que por momentos jamás llegará. Una mirada al horizonte, una nube de incienso que oculta una cara desgastada por el tiempo, unos ojos que miran al frente buscando el consuelo de su alma y unas manos maniatadas por los besos de un barrio. Pero está tan lejos que parece no llegar nunca. A través de los arcos del patio del pretorio se vislumbra la portentosa efigie del Manué, maniatado a una columna baja en donde varios sayones flagelan la Espalda de Cristo, haciendo brotar de ella regueros de sangre. El Señor entorna los ojos, conmovedor, resignado al dolor y a la muerte que se ha ido acercando en cada latigazo, en cada burla cruel. Vestido únicamente por un sudario, soportando sobre su divina espalda los pecados del mundo.
Una espesa nube de incienso hace entrever tan expresivas manos maniatadas y su bendito rostro que nos muestra una expresión de resignación y perdón. que poco falta para que Cristo inicie su caminar por las calles y plazoletas del Casco Histórico de Linares, que poco falta para ver su espalda rajada como un día de tormenta, para escuchar el eco sordo del racheo de una zapatilla anuncian el trabajo de los Hermanos Costaleros, codo con codo para llevar a sus queridas imágenes titulares por las calles estrechas y recoletas donde la Semana Santa huele a tradición por una Pasión que poco a poco llegará a su fin. Quizás el dolor junto al amor sean los mas personal y valido del hombre bajo el peso de la vida, quedándose marcados los signos del silencio y las huellas de los imperecedero por que ambos vienen a pedirnos un sacrificio personal, único e intimo hacia nosotros mismos. Un sacrificio que dejara en nosotros mismos unas marcas tan profundas como las que dejaron golpe a golpe en los semblantes del Señor de la Columna y Ntra. Sra. de la Amargura, en el dolor de la Pasión amarga de todos los silencios, significando el amor cuando este se viste de sacrificio por los hombres.

A continuación os mostraré la Galería Fotográfica realizada durante los Cultos en Honor a Ntro. Padre Jesús de la Columna en el interior de la Iglesia de Santa María la Mayor.










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